
Cierto día, un gato anciano observaba en medio de una plaza cómo un inquieto gatito trataba de cazar su propia cola. Lo intentaba una y otra vez y siempre fracasaba. Cuando se detenía era por puro agotamiento, después volvía y enlazaba otras vueltas en círculo. Cansado de ver al pobre minino frustrado en su propósito, el viejo gato le preguntó: «Gatito, ¿por qué intentas perseguirte la cola incesantemente? ¿No ves que es imposible?».
-«¿Imposible? No lo creo. Yo busco la felicidad y para un gato la felicidad es su cola, por eso la persigo. Y sepa que algún día lo lograré y seré feliz».
Entonces, el gato viejo y, por ende, más sabio, dijo: «Hijo mío, aunque me ves aquí tan tranquilo y reposado, cuando era joven como tú yo también pensé que mi cola era la felicidad, pero cada vez que la perseguía se escapaba. Por eso, llegué a una conclusión: yo voy haciendo mi camino y, ¿sabes qué? ¡Ella me sigue a mí! Y puedo asegurarte que así soy feliz».
Esta historia nos enseña que la felicidad está muy cerca de ti, a tu alcance, y que tienes todo lo necesario para conseguirla. Tan solo debes dejar de obsesionarte con perseguirla, pues así jamás llegarás al horizonte.
FUENTE: REVISTA PRONTO
[el rincón del pensamiento].
Es hermoso…
Gracias por compartir, David.
Feliz día.
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Gracias a ti por leerlo y comentar. 🙏
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Con mucho gusto, gracias David.
🙏☺️
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