Conozco una madre…
La he visto sonrojarse de verguenza y disculparse por algo indebido que su hijo hizo a causa de su condición pero jamás la he visto avergonzarse de él.
La he visto llorar cuando ya no puede disimular la carga pesada que a veces es la discapacidad pero jamás la he visto tratar a su hijo como si fuera una carga.
La he visto llorar preocupada, estresada, al límite, con sus ojos nostálgicos y temerosos, pero también he visto destellos hermosos de felicidad y orgullo cuando mira a su hijo; en sus ojos, he visto amor valiente e incondicional.
Conozco a una madre especial, conozco su lucha, la respeto, la escucho, la comprendo, la apoyo, la admiro de verdad.
Fuente; Tres veces mamá.